La última y quinta novela de la serie “Esquiveles y Manriques”, Satanael (1966), de Salvador de Madariaga y Rojo (La Coruña, 1886-Locarno, 1978) se sitúa en la Venezuela del siglo XVIII, además de recorrer otros parajes como Jamaica y Cuba. Los presupuestos de la revolución francesa, denostados en diversas ocasiones por la ideología franquista, surgen en la novela con un tono positivo, relacionados en su mensaje de igualdad con el cristianismo primitivo. Dos de los más reconocidos pensadores de la revolución manan con fonética españolizada, Russó (sic) y Volter (sic), que conviven en la mente atribulada y dicotómica del protagonista, Juan Santiago Esquivel. En este trabajo se pretende volver a Madariaga como escritor ideólogo, cuyas novelas no escapan de su visión europeísta y antifranquista, usando la historia del pensamiento liberal francés como base de su escritura en esta obra menos conocida de la serie “Esquiveles y Manriques".